30.3.18

A verdad o desnudo.

Calmando las vértebras de mi cuello.
Rompiendo los extremos
y ante todo
rompiendo los intersticios.
Embestidas de adicción lacunar.
Lacunar lagunar lunar.
Un crío al que le arde la piel.
Dame más,
llévame al intento.
No serás el mismo,
tatuajes despedidos,
personajes de películas con tiros y humor negro.
Jugué las prisas
partida de verdad o desnudo.
El agua me abrazó las pestañas.
Me disolvió los pulmones.
Y caminé las mismas paredes de flores.
Desatornillando las salidas de emergencia
para que nadie
nunca
jamás nunca más.
Amasé ladrillos irónicos
y perdí el mérito
(dejarse tropezar es tan fácil como cuentan).
Palpé mis costillas contando ausencias.
Pretendí alegrías que sí pudiera creerme.
Supe de lo insalubre de algunos rincones de mi cerebro.
Y aun así,
me visita la paciencia algunas tardes.
Me permite colacaos y galletas.
Perros ladrando que suenan a calefacción.
Y yo grité ¡victoria! tras tus ojos.
Y nada más.
Sólo desnudo y verdad.
Sea este incesante volver
mi manera de correr hacia Rimbaud.




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