30.3.18

Árbol imbatible 1.


Ruge mi dulce tambor de asperezas y suspiros.
Cae con su joven ternura.
Taman galopa como si le quemara la tierra.
Le recorre la frente una lágrima de nieve.
Yo corro como si me quemara la tierra.
Me recorren los pies sus rastros de crin.
Somos centellas rojizas atravesando campos
- demasiado distintos.

Los mimos están perdidos en los parques,
sólo se les mueve la mirada.
Es suculento mi ánimo cuando se hornea lento en el pecho.
Aquí dejo mi cuerpo
dispuesto a ser devorado.
Estaba nuestra escarcha donde siempre.
Esta manía de escrutar los misterios de la raíz
rezando por no dejar caer el velo.

Tengo que callar
como una lengua muerta,
mientras mi mente se seduce en piedras.
Si hasta aquí pretendías llevarme,
a qué tantas flores.

Taman y yo corremos
como si el amor nos hubiera dado su último beso
y no supiéramos
dónde
ponerlo a salvo.




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