30.3.18

Biblioteca-café (I)


Hay una blanca desesperación en tus manos
mientras tocas una vida que nunca formará parte de tu historia.
¿a quién podrá culpar mañana?
Siguen volando cerdos de colores por la pared.
Y dime dónde un intento de recuerdo en la lengua seca.
Patinan por el infinito los deseos de los niños
y el valor
de sus padres.
Mi cabeza bajo el pecho latiendo desubicada.
Pequeño mar de cristal:
oculta mis ruegos.

Dulces relámpagos de orquídeas,
ejércitos de caderas salvándome la vida,
percusiones profundas,
ceniza en el pelo de los llamados incendiados.
Allá donde escapo nos encuentro.
Bendita insumisión
¡bajad al sótano!
Hay jaleo, vino, libros y jazz.
Los músicos se acumulan en la escalera de madera
- ¡Estamos llamando al trompetista!
Todos ríen, tarda en subir con un beso en el rostro.
Comienza su largo juego atrayendo mareas.
Pequeño mar de cristal.
allá donde escape.



No hay comentarios:

Publicar un comentario