Siempre reía hacia el cielo, no es algo que
haga de manera natural y genuina todo el mundo. Una carcajada estallando contra
la bóveda contaminada de Madrid. Me vi reflejada en unos ojos de amor, no tiene
otro secreto mi supervivencia. A veces pasa que un cocodrilo devora la
realidad. A veces hasta los tatuajes cambian de color, una vieja con un tatuaje
que pone "Somos unos niños". Baila, valiente, te estábamos esperando,
no dejes de hacer malabares, nos diviertes apagando fuegos, oh si, sé que les
divierto, con sus bocas llenas de guiso de mundo. El norte de África vende
desde sus palmerales dátiles a los turistas, saben como un rayo de sol tan
dulce que te empapa el corazón. Tiene un secreto el desierto, tiene un secreto
asesino y originario. Nada es lo que iba a ser excepto los sueños que siguen
JUSTO AHÍ SIEMPRE, parapetados y prometedores. Ojo! Recuerda.... las partes más
extrañas de la intimidad terminarán siendo tus favoritas. Tras tus gemidos
besaré tu frente haciendo del sudor de tus mañanas mi boca. Justo en ese
instante antes de perdernos hay tanta luz que me lloran los ojos y me arden los
dientes en medio de la risa. Ayer soñé que se me rompían las costillas y me
pinchaban un pulmón que rápido se desinflaba -como si fuera un dibujo animado,
indoloro y tan de mentira-. Frusciante cantaba que hay tiempo aún para
despedirse, pero estoy nadando a monopulmón oh si a medio pulmón las playas
están tan saladas... Aquello del bien y del mal, vagabundo de la costa, es sólo
un residuo de la moral. Yo hablo solo de la belleza, para esa búsqueda eterna
existo y no para otra. Nos cruzamos desde autobuses y aceras ya tan sin nosotr_s
y lo único realmente libre en el mundo es el jazz.
Nos mentimos muy lentamente
para que doliera menos soltarnos las manos
nos mentimos tan lentamente que dijimos la
verdad.
Ruge mi sol decolorado
sol gigante sobre mi cráneo adormecido.
La amenaza de la asfixia
contra corazones poderosos e inflamados de
hierba,
corazones ardientes de juventudes que un día
fueron la tuya.
Me defiendo de la lágrima atravesando al
fantasma.
Mis huesos radiactivos parecen fuego fatuo
y atraigo con ellos a los ángeles.
Quieren mi tuétano mágico
el jugo de mi pasión dentro del esqueleto
abrasando la realidad.
Intento abrazar a esta nueva soledad
salida de mis entrañas,
de un parto doloroso a grito de nuestro
nombre.
Y me apacigua su silencio
comprendo en él mis años venideros.
Mis contradicciones son las afamadas hijas
de un espectáculo de heridas y viejas glorias
un disturbio y la campana de la paz
y la única salida es ser inconsciente
para darle a todas habitáculo.
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