Es
esta casa un juego de papiroflexia
en
la que todo cabe
y
tal vez mañana nunca nadie
y
mi sudor siempre confuso
una
imploración a las nubes
que
sin ceder su movimiento logran siempre estar
En
vez de renunciar al amor
lo
tatúe despacio justo antes de los 29
-
sonaba Patti Smith -
una
bendita quemadura en mis costillas
acompañándome
a lo largo de escaleras plateadas.
Todo
se transforma cuando creemos escuchar nuestra verdad
ese
interior convulso nos llueve desde las grietas de la razón.
La
verdad es una casa de juegos de papiroflexia
en
la que todo cabe
y
tal vez mañana ya nunca nadie
¿cuántas
maneras hay de terminar una canción?
¿cuál
será la voz que se aparezca ante el amor
y
golpee la tierna ventana?
Es
extraño,
esta
noche se sabe un canto
y
miro de vuelta a casa los portales
como
si todo mereciera la pena
como
si quisiera dedicarte el deliro más hermoso jamás concebido.
O
rezarle a mi retina
que
te retuvo aquel día que pronunciaste "transitar"
-
esos instantes de transparencia -
-
de atravesar los límites que podemos acariciar de Dios -.
Quisiera
ser todo lo que nunca fui
si
eso pudiera apaciguar mis fiebres,
si
con eso pudieran arrastrarme las flores de mis ojos
a
aquel lugar donde siempre quedas
abriendo
puertas a lo innombrable.
En
lo no escrito estás
empapándolo
todo
-mientras
golpes de batería al ritmo que los ángeles nos sueñan-
porque
amas más allá de lo posible
y
eso tan impenetrable del fuego
lo
haces VOZ
y
yo logro no claudicar
y
entiendo mis pulmones escuchando un cassette de The Clash
y
arrojo "entrega" como última palabra posible del poema.
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