Cuando la danza es
dulce y la vida un desprendimiento y amarte intentar parecernos al rostro de la
libertad mientras construimos firmamentos y nos sabemos el guiño íntimo o la
sabiduría necesaria. Ya dejé todo limpio. El barro se pierde en el desagüe. Las
camas de nadie ahora son de otro todos. Ya te dije, no paré de repetirte, con
la excitación arañando las paredes de mi pecho: es una de esas tierras que te
arrancan el dolor, o qué se yo... lo acentúan, según cada uno imagino... el
caso es que te dejan contigo mismo, como un espejo pardo, una extensión
distinta a lo visto antes, a la vez como una continuación de nuestras almas...
no sé si lo puedes imaginar, la ruta, ya te dije, no paré de repetirte. Es un
cielo distinto, como de tiempo retenido. A veces no disimulo mi incapacidad
para permanecer. Lo notaste, ¿cierto? Pero acá se siente bien, y hace varios días
que llueve y me tragó un charco y te pedí auxilio besándote. Hay un aliento
húmedo de selva entrañas y mariposas. Por ahí un cariño pese a todo. Y un
bosque congelando sus raíces en el lago. Niños sorteando palmeras. Las cataratas escupen tanta agua que
pareciera quisieran arrastrarlo todo rugiendo poderosas fascinantes
paradisiacas incluso enojadas. ¿Hay alguna verdad en mis instintos? Es acaso mi
piel capaz de conocerte mejor que yo. Infinitud de voz y rostro conocido, aquí
mi quebrada esencia y tu extraña presencia en las blancas habitaciones de mi
cerebro. Autobuses tardíos . montañas de colores . rojos de humo . rodillas de
sal . caro oxígeno . pueblos reveladores sin puertas . y 700 años de espinas de
miel. Yo también hay veces que no sé cómo se sujeta un te quiero pero nos sueño
con mimo y en el vértice de la posibilidad nos intuyo.
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