30.3.17

Soñé tan fuerte que quemé el cielo.

La confusión es mi sombra.
Quisiera dejar reposar mi cabeza en dulces orquídeas
en campos imposibles de estrellas
dejar atrás el martilleo de mi pensamiento
-pensamientopunto que empieza donde acaba ¡incapaz de viajar!-
La culpa a la que me adapto.
Los reproches a los que hago un hueco en la estantería.
Soy el nervio que me hace aullar.
Las mil maneras de atenuar mi temblor.
Soy la única y la igual.
Todos los golpes que me podía haber llevado
y mi extraña confianza en los incendios.
Soy el milagro de llegar cada mañana puntual al trabajo
porque entre las 7 y las 8 de la mañana
se me cruzan las mil vidas a las que renuncie
...se me siguen cruzando... 
aunque esta que tengo sea
la niña favorita
la favorita...
Soy un vuelo en silencio
y no puedo sostenern_s
solo confiar en nosotr_s.
Los invisibles
se están pintando de flúor para que no puedas perderlos de vista
para ser la mota de polvo en tus gafas.
Los invisibles
reclaman su silla y les regañan
-esa migaja de respeto que llamamos tolerancia-
les regañan y ellos siguen brillando
para que no puedas perderles de vista.
Que difícil el sabor de la desesperación
¿verdad?
Dame agua
el pan que reclama mi hambre.
Dadme libertad y me conquistaré a mí misma.
Vamos ven
Dame apenas un susurro para alimentar las brasas
Yo
soñaré tan fuerte que quemaré el cielo.
Y sabré siempre que, tras todo, me querías.




No hay comentarios:

Publicar un comentario