30.3.15

- Tom, Tom... ¿saben todos en el mundo que están vivos? Espero que si...oh! seguro que si...- dijo el niño en el estío de Ray Bradbury.


Ayer,
una risa sin eco dentro
se apoderaba de mi garganta gritando:
"vendo mi alma al diablo por un último sentimiento,
aunque sea rabia...
pero algo,
dadme a sentir algo".
Volvía          
el hielo de la anestesia en la sangre,
la piel escarchada,
un iceberg resquebrajándose en silencio
y una risa,
repito,
una risa sin eco.
¿Sabes?
Los arboles ya no reconocen mis pies trepando sus cortezas.
¿Cómo esperan que crea que no había otra forma de salvarnos?
¿De qué estamos huyendo, dime, y para qué?
Llueve
y de un golpe las nubes nos dibujan
sintiendo lo mismo todos a la vez
todos igual de a salvo
todos con la misma gota de agua recorriéndonos la piel,
y sonreímos o nos quejamos,
tal vez incluso comprendemos que es así...
todo es así
como si pudiéramos estar así de unidos siempre.
De aquí que la lluvia sea polvo de hadas líquido.
Hay una flor llamada cincidela
que vive bajo tierra
y sólo asoma al mundo poco antes de morir.
Hay un cowboy heroico de luces de neón.
Música, no nos dejes nunca,
por muy sordos que nos volvamos,
nunca nos dejes.
Somos los jóvenes despeinados
somos el poco de pimienta que hace toser a los siglos
somos la alucinación del extraterrestre tumbado al sol de otro planeta.
Somos estufas reconfortando una siesta.
El humo ya no nos espanta.
No dejes de girar si es tu forma de bailar.
Volverán los tiempos del frío
de cruzar en rojo los semáforos de lo establecido,
no con inconsciencia,
con una esperanza.
La danza agónica de un guppy muriendo.
Agujeros negros en expansión.
La melancolía que trae noviembre.
Se reían de todo,
era su forma de salvarse,
de salvarnos.
Todo un cielo de luz.
En realidad sólo digo que me daría a la fuga contigo,
a sabiendas que estas vías nunca nos llevarán a ningún sitio.





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