30.3.15

- Y todo ardió como un gran sol- dijo Nacho Vegas.

Sándalo quemándose,
cebada en la boca salivan por aquella calle,
luces de colores caen entre mis libros,
música jugando a los sentidos de otras sensibilidades,
jugando por tu cuerpo rueda mi mente.
El cerebro nos grita "bienvenidos al caos"
"soy vuestra psicodelia hecha ruta"
nos tienta
"disfrutad de vuestro propio espectáculo"
nos seduce.
Se me derraman los labios en tu ombligo.
Corramos a la calle
su secreto,
el de la calle,
es que todos los días puedes ver al perro más tierno del mundo
[queriendo a un ser humano.
Su secreto,
el de la calle,
es que todas las noches puedes entregarte
[a una danza de lobos dementes
y soñar camas perdidas en las grutas del mundo.
Pero aquella vez, 
aquella tormenta de sed,
fuimos dos luciérnagas destruyendo en una risa desnuda
[la oscuridad de la noche.
¿A qué más podríamos atrevernos?

Se abrió una brecha en la mente,
un hachazo de resurrección doliente,
una flecha en son de paz.
Abandonar la necesidad de todo,
nacer y morir ocurrió a un tiempo de grito.
La dureza cubriendo sus paredes.
Tiempo de sudar los pasos.
Llorar con una seriedad nueva en la mirada.
Se podía, eso decías,
aborrecer los arco iris sin odiarte a ti mismo,
beber el vaho que se escapaba de tu boca en invierno.
Todo se podía, decías, incluso sin ti.
¿Y si liberamos a las pasiones de nuestras ansiedades?
¿si las liberamos de sus nudos y las dejamos libres indómitas?
¿Acaso crees que nos destruirán?
¿A qué más podemos atrevernos?

Quiero hasta la última gotas de tus hechizos.
Eres mi día de fiesta.
No necesitamos ningún impulso, cariño,
nunca estamos quietos,
ten la seguridad de ser todo
y de que todo es tú.
Un buen día miras al cielo
[y todas las luces son de un color distinto.
Patty me contó que un día en el metro alguien dijo:
"no es comparable una lechuga a una canción".
Bailar entre nubes rojas en Venus,
bailemos hasta que otoñezca,
bailemos los desayunos,
celebremos tu eterno zumo de naranja.

Revela la totalidad de tu existencia en una única
y perfecta
risa,
que el eco resuene con más fuerza en cada rebote.
Desafía con tu propia combustión
[el sentido de todo el mundo conocido.
Goza su inconsistencia,
es tan grande como tu efervescencia.
¿Cuánto hace de aquello?

Bienvenidos a los mejores años de nuestra vida.


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