30.3.16

"Go go gooooo!!!"- aullaba Dean Moriarty



Escondamos el abismo bajo el gran grito eufórico de nuestra naturaleza eléctrica.
Ya vi venir el camino mucho antes de iniciarlo.
Estaba su olor ya antes de recorrerlo.
Llevas tanta risa en el estómago que te evaporas.
Aquí, amigo,
 el sabor lo dan las estrellas
la luz: los helados de fresa.
Eres un sueño respirando taciturno en el descanso de los dioses.
Llevas ojos de linterna para ganarle madrigueras a los lobos del bosque.

Un rugido desde el diafragma a cimas de agua.
Bajo la cuesta del parque en bicicleta
soltando los pedales
perdiendo el control de su velocidad
soltando el manillar "¡sin manos, madre, sin manos!"
Así se paran las guerras,
así las torturas de un ritmo que no nos pertenece.
Volando praderas azules.
Bosques naranjas.
Y todo el verde dentro de mi pupila.
Corre montaña abajo aullando de roca en roca como si todo el planeta fuera una pelota de pinpon sobre la mantener un equilibrio esperpéntico.
Date cuenta entonces
que ruedas sobre un queso gigante agujereado
que se transforma en una luna llena y, a un guiño de ojo,
se queda en una costillita de plata flotando en oscuro,
acunándote esta fiebre.
Desde que la tierra es redonda no hay un finisterre
y desde que no hay un finisterre,
podemos irnos a tropezar postales de otros continentes
girando y girando como torpes inmortales
y no tendremos un límite,
hasta donde nos den los huesos, cariño. 
Tengo los pulmones llenos de incienso y una niebla de nostalgia siempre en el pecho
y al fin, he dejado de luchar contra ella aceptándola parte inexorable de mi.
Aprendo a convivir con la manta húmeda que me arropa.
He dejado el esfuerzo de reconocer las sombras que me trae.
Me he entregado a su vagabundo eco sin buscarte más sentido.
La evocación de una esencia vital con sabor a amanecer.
Estoy contigo tras la montaña de sal.
He trepado desnuda al dosdemayo junto a una luz brillando en cambré.
Estoy contigo tras el helio aerostático.
He bailado descalza en la tarima de este bar con un duende.
He tocado el cielo desde estas paredes rojo infierno.
¿A dónde te llevas mi sed?
¿hasta dónde quieres que entierre las rodillas buscándote?
Una vocal grande y redonda como un curioso acertijo de ciencia ficción.
Amo a personas extraordinarias.
Sabes a la humedad del bosque,
me has conmovido una vida entera
hasta llorar mi huracán de espantos
hacer de las derrotas un terremoto que agite las campanas
furgones de tiempo detenido con sirenas rojas de canciones incorrectas.
Le pregunto a las hogueras y claro que no,
que a ninguno os olvidan.
A los que volvieron: os esperábamos
con las manos llenas de besos.
Corramos despavoridos como hijos verdaderos de la tierra
...de la vida...
Corramos
y que no nos detengan,
es sino nuestro incendiar la niebla.
Cabalgad a una fiesta sin respuesta

... sin manos, madre, sin manos... 


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