30.3.16

El astronauta muerto del último videoclip de David Bowie

Se partía los huesos contra la luz de los dioses
y se reconstruía luego a besos el esqueleto.
Entender la escena completa del teatro colocando focos en cada esquina.
Desenmascarar a los fantasmas para reconciliarse con su origen.
Se le mezclaban los sueños con los recuerdos
y gustaba de enloquecer adrede
porque eso le daba permiso para romper con lo impuesto
para fugarse de lo dado desde el vientre que le juzgaba la pureza.
A veces era sólo una mirada, sólo un gesto,
el director indicaba el silencio de la verdad, la vuelta a la función.
Schsss… se levanta el telón.

Actornº1: “¡denuncio, señoría! se dinamita la libertad de mis estrellas, este baile no es mío, yo no soy actornº1 y sin embargo aquí me tienen, sudándome las rodillas de sostener este papel”
Actornº2 grita que nadie reniegue del plato en la mesa y la cama caliente.
Actornº3 tiembla la inercia que tras su rastro les dejó fracasar y se abandona como un barquito de juncos sobre un estanque que silencia la necesidad de retorno.
Sube a la tarima Actornº4 y sólo mira,
mira cómo se desgastan en su guión el resto
mira con su camisa hecha jirones
ya no remienda la ropa, como manifiesto personal se justifica desastre.
Actornº1 susurra: “Llevo un traje de burla, llevo un traje de culpa blanco.”
Un niño, Actornº5, canta:
“ ¿Por qué es malo gritar
Azul
Verde 
Amarillo
Naranja?”
Hay una danza de vientos extendiendo la lejanía de mis incendios.
No hay nada más siniestro e hipnótico que el sonido del Ártico al resquebrajarse.
Los dados lanzaron carambolas erradas sembrando un destino extrañamente agridulce
Un camino ardiente y compungido 
que culminaba en el motivo de su existencia
El rayo que vino a salvar y destruir el árbol
...Los dados errados...
Ese era el secreto prohibido de sus venas.
Su pequeño germen suicida estudiado, analizado, coloreado, silenciado y tenaz.
Mientras reía con fuerza en el fondo de sus ojos siempre estaba el astronauta muerto.
Un cuerpo flotando en el vacío del que todos se olvidaron.
El cadáver al que sentir con vergüenza
El cadáver al que negarle dolor
No me reconozco en este cansancio de ojos rojos
Recupero la mirada de huida
de pólvora
Juego a la perversión de mi alma hasta el último límite
una balada de rock porno
Llamo a cada puerta 
Como si un rostro
Un trago de sed
una cruz de navajas
Bastaran para salvar-me mi pelo enmarañado 

Las vidas que se trenzan con la calma de las manos de un artesano hasta la infinitud de la nada
el hechizo de la nada
cuando caminamos aún podemos respirar la estela de los artistas que nos precedieron
desearles la inmortalidad
y aceptar que hasta los héroes más hermosos mueren
besar el lienzo
la página amarillenta
no habré de esperar ya la respuesta de dios
he dejado mi alma al amparo del arte
la puerta roja de mi salvaje fuero.


Fotograma videoclip "Black star" de David Bowie

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