30.3.16

"Danzad, danzad, malditos."- decía la película.


Hay un circo haciendo malabares con la sociedad
metiendo en su rosca de carpa desteñida a los hijos de los hijos de los hijos
funambulistas en pañales perdiendo antes el miedo a la pitón de la mujer barbuda que al abandono del pecho materno
familia de seres creando rarezas
subyugados al espectáculo
desarraigados
serios hasta el cañón de luces que señala el momento del aplauso 
el momento de reírle la fantasía
a la gente que gira con la boca llena de algodón de azúcar.
La tierra de los conejos descansando a sol.
El asfalto que sostiene a Lola,
Lola tiene mil veces arañada la mirada.
A Lola nadie le canta el blues debido.
Corre a su lado una conciencia desconectada  que se metió su primera raya a los 12
y a los 30 ya ponía voz ronca hablando de asesinatos,
seguro de ligarse a su loquera.
El choque entre las culturas escritas y las poscritas.
La gran empresa pulsa el interruptor y saltan campesinos bolivianos
huyendo los incendios que les robarán sus campos,
aquí lo tienes
salvó el cuello por los pelos
te saluda amable en una calleja mascando el alma desnutrida.
Te quiero resguardada del frío, niña de calcetines mojados.
Quiero el óxido haciendo mil colores el túnel de lava
recordando su tacto el salvaje interior de nuestro planeta
el origen último de esta achaparrada esfera que tanto podríamos amar.
Floto en una oscuridad mojada
en una charca salada que nunca veré
percibiendo vibraciones de exoesqueleto blanco
estrellando el silencio con mi deambular ciego de cangrejo albino.
Eso soy...
un ciego cangrejo albino buscando el tacto que gime en la niebla de nuestro sudor.
Me lanzo sin pensar a la negra orilla de lava
tropezando cantos
empapándome de frío los pies
con un universo mandando años de lucecitas
mensajitos morse de esperanzas embriagadas de polvo marciano.
Bailarines perdiendo los pasos contra las embestidas del mar
saborean el riesgo de entregarse a la catástrofe natural
y cuando ya se asustan mucho,
vuelven atrás la vista rogando un camino que les lleve a casa,
una bienvenida que les abrace
y te encuentran a ti sosteniendo un faro
y se enamoran del faro, y de la mano que lo sostiene
y de la persona que se siente tocando temblorosos el brazo que sigue a la mano.
Soy un cangrejo albino sintiendo por primera vez la luz por culpa de un flash curioso mientras
se enamoran de ti un grupo de bailarines forajidos
alegres en la poesía secreta del zumo del cactus.




No hay comentarios:

Publicar un comentario