No hay forma justa de
despedirse.
Y cuando lo pretendemos
somos torpes y mentirosos.
La lámpara verde parpadea
y los neones rosas se encienden
a las 5 de la tarde en
el Indreams
donde yo me desvisto en
silencio de ti.
Extravagante
la cáscara de lima
envolviendo tu
despedida
sabor ácido
-negando en verano-
que me trago
el derramado paraíso de
tu lecho
por última
(e inefable) vez.
Angel sediento
licua mis deseos
y viértelos sobre su
pecho
por última
(e inefable) vez.
Foto Sara Baquero Leyva
http://sarabaqueroleyva.wixsite.com/foto-grafias
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