Sonríe, sonríe lo que pasó: que quisimos vivir entre fantasmas oníricos en
un vacío de sueño algo que nunca existió. Sonríe pese a la nostalgia de mariposas de vuelo lento, porque
fuimos una lluvia de acero sobre la mentira de las políticas y no perdimos la
luz en el intento. Sonríe estos últimos segundos mientras nos damos cuenta de
que hemos sido muy valientes pero sólo dentro de nuestro juego. Desanda los
puentes de arco iris nocturnos y comprueba que contra esta realidad no te
rompes porque hay pan caliente, niños que ríen y afectos eternos que te
salvarán siempre. Sonríe lo que pasó, siente el aliento del mundo agitando el trigo verde.
Foto Sara Baquero Leyva
30.3.13
Una verborrea de Gabby una tarde que bebía zumo de mandarina en un banco.
"Una línea
de la mano rota
sujetando
una vida
de cuatro
extremos
de dos
tiempos
de dos
personas a cual más insolente con el destino
haciéndose
eco de la ruptura
los
nudillos se agrietaban con el frío
la
sensación más calma es un guante de lana gordo
combate
ese absurdo de "tocando fondo puedes estar tranquilo, a peor no irá"
no hay
porqué reconfortarse en el barro
tienes
derecho a los mismo amaneceres que cualquiera
tampoco el
barro es tan terrible
sólo es
tierra mojada
y un poco
pringosa
pero nos
gusta la tierra y nos gusta la lluvia
así que
tampoco nos tiene que asustar
si
llegamos de cuando en cuando hasta las orejas de barro
es bonito
creer que existen los viajes en el tiempo
aunque se
deban a la siniestra conjunción entre dos agujeros negros
y nunca tendremos
remota idea del transcurrir de segundos
podemos
aprender que no existe
y tratar
de sacarle las cosquillas a los ciclos en que fluimos
llamas de
energía en la sangre
no me he
perdido pero casi
bah! qué
más da lo que digo
en un rato
EL
VERDADERO VERSO SERÁ LA LIBERTAD SONRIENDO EN TI SALIENDO DE LA BOCA DE METRO
mientras entre
zumo de mandarina
escuchar a
la gente por la calle y reírte con sus bromas
esas
expresiones divertidas y puras
es una
gran comedia el mundo y la vida
y que gane
la luz por más tragedias que tapicen nuestras sociedades
yo
sociedad quería creer que era gente cuidándose
no un
ejército de caracoles de patata cabreados por su paso por la freidora
no un
desgarro de mariposas blancas salpicando rojos de dolor
yo
sociedad quiero creer que es gente cuidándose
y no es un
desquicio
es un gran
amor
y nunca me
rindo con los grandes amores."
GLPD.
Foto: Sara Baquero Leyva
GLPD.
Foto: Sara Baquero Leyva
Piel de mariposa.
Caen los platillos chinos del malabarista.
Las palabras calladas pierden el equilibrio.
El grito de una verdad que desangraría los silencios.
Siempre hay...
un libro sobre la libertad en el cajón de expurgo,
una mariposa blanca en la lavanda.
Perdóname
porque sólo soy una bata blanca más
que no sabe cómo
devolverle justicias a tu piel.
Una bata blanca más
que aún no ha descubierto el secreto que recupere
los anclajes de tu epidermis.
En este mundo en que la ciencia avanza a golpe de dólar,
no cesemos la voz.
Que sepan del recorrido de tus cicatrices,
que no miren para otro lado,
que no se atrevan a silenciar el escozor de tus ampollas
tras deshumanizadas estadísticas.
Que no se asuma el sin-remedio
de que alimentarte te duela.
Que gire la rueda médica tras las curas
y en ella viajen también las vendas que envuelven tu piel.
No hay enfermedad rara
mientras haya una sola persona que la padezca.
No permitiremos excusas de terminologías alejando el problema,
no más investigaciones atadas a las economías
en frenética y macabra danza.
Perdóname, sólo soy una bata blanca más
que sólo sabe desinfectar tus heridas,
tratar de ganarle partidas a las secuelas.
Una bata blanca más
gritando por tus caricias de cristal.
Las palabras calladas pierden el equilibrio.
El grito de una verdad que desangraría los silencios.
Siempre hay...
un libro sobre la libertad en el cajón de expurgo,
una mariposa blanca en la lavanda.
Perdóname
porque sólo soy una bata blanca más
que no sabe cómo
devolverle justicias a tu piel.
Una bata blanca más
que aún no ha descubierto el secreto que recupere
los anclajes de tu epidermis.
En este mundo en que la ciencia avanza a golpe de dólar,
no cesemos la voz.
Que sepan del recorrido de tus cicatrices,
que no miren para otro lado,
que no se atrevan a silenciar el escozor de tus ampollas
tras deshumanizadas estadísticas.
Que no se asuma el sin-remedio
de que alimentarte te duela.
Que gire la rueda médica tras las curas
y en ella viajen también las vendas que envuelven tu piel.
No hay enfermedad rara
mientras haya una sola persona que la padezca.
No permitiremos excusas de terminologías alejando el problema,
no más investigaciones atadas a las economías
en frenética y macabra danza.
Perdóname, sólo soy una bata blanca más
que sólo sabe desinfectar tus heridas,
tratar de ganarle partidas a las secuelas.
Una bata blanca más
gritando por tus caricias de cristal.
A la sombra de la escombrera.
Desear con todas nuestras fuerzas
encontrar rincones de luz
entre escombros de un mundo desterrado.
un mundo de seres desterrados,
de luces de neón llenas de mugre
parpadeando sus últimos fogonazos.
Le dolemos a la Tierra y la enfermamos,
y sin decencia nos creemos
con derechos sobrenadantes
a los de otros co-habitantes de este planeta,
llamados menores en inteligencia o sentimientos
sólo porque no tenemos ni idea
del idioma tras los arrullos de los gatos
o el canto de los delfines.
Poder resumir las noticias
en un inmenso "GAME OVER"
y salir corriendo repartiendo relámpagos rojizos,
como las ardillas cuando corren bajo el sol,
sólo que los nuestros están hechos
de señal de prohibido, de aviso de peligro,
de pánico.
Miro la estatua del ángel caído,
su silueta de alas rotas.
¿Cuántos niños directamente nacen
en los infiernos que hemos creado
sin haber cabreado a ningún tipo de dios?
En nuestros periódicos las alas infantiles se deshacen
entre casas desahuciadas, esclavitudes,
hambrunas, sed, fiebres, bombardeos
en la noche Siria dejando atrás el hogar
y la escuela y el presente y el futuro.
Terrores estremecedores,
inocencias arrancadas.
No hay juegos de magia
ni cuerda con la que trepar a la luna
cuando pisan sin zapatos
fangos ácidos y contaminados.
¿Cómo puede ser que en cada ciudad
la historia, antes o después, haya dejado
varios "monumentos a las víctimas"?
Menos en aquellos lugares donde
las víctimas son tantas...
que se llaman "ciudadanos",
si se les llama de alguna forma.
Para muchas personas
la tierra prometida, la de las grandes oportunidades,
es la misma del país que les roba los recursos
y les sume en la pobreza.
Sigue habiendo mujeres
que sufren las calamidades de ser "nada"
mientras sostienen todo el peso de la realidad
en sus hombros y le rinden batalla.
Sigue habiendo hombres y mujeres,
padres y madres,
que ven arder el pedacito de tierra
con el que alimentaban a sus hijos
y luego sudan labrándola
por las miserias que les dé
la misma multinacional que les echó
entre cenizas e impotencia.
La salud y la educación
pasan al mejor postor
y a tu buzón llegan
con "factura de hipoteca y a callar",
que menudo derroche que todos
pudiéramos superar la enfermedad
y tener la llave a un futuro.
Muere un joven sin oportunidad de otro destino
por un decreto inhumano y les parece exagerado
que lo tachemos de apartheid sanitario.
¿Cómo confiar en un mundo
donde no se salvan primero los niños?
Por ellos precisamente.
Por cada una de sus risas entre juegos.
Porque ahora, en algún lugar de un campo de refugiados,
un niño recibe un lápiz y un cuaderno
y bailan dichosos sus ojos
como esponjas por la pizarra.
Porque ahora, en algún lugar de Madrid,
un animal abandonado encuentra un hogar
y la naturaleza, pese a todo, sigue explosionando vida
y flores de hielo árticas como estrellas en las aguas.
Porque nuestro sino es ser poesía infinita,
le pese lo que le pese a los seres petro-dolar.
encontrar rincones de luz
entre escombros de un mundo desterrado.
un mundo de seres desterrados,
de luces de neón llenas de mugre
parpadeando sus últimos fogonazos.
Le dolemos a la Tierra y la enfermamos,
y sin decencia nos creemos
con derechos sobrenadantes
a los de otros co-habitantes de este planeta,
llamados menores en inteligencia o sentimientos
sólo porque no tenemos ni idea
del idioma tras los arrullos de los gatos
o el canto de los delfines.
Poder resumir las noticias
en un inmenso "GAME OVER"
y salir corriendo repartiendo relámpagos rojizos,
como las ardillas cuando corren bajo el sol,
sólo que los nuestros están hechos
de señal de prohibido, de aviso de peligro,
de pánico.
Miro la estatua del ángel caído,
su silueta de alas rotas.
¿Cuántos niños directamente nacen
en los infiernos que hemos creado
sin haber cabreado a ningún tipo de dios?
En nuestros periódicos las alas infantiles se deshacen
entre casas desahuciadas, esclavitudes,
hambrunas, sed, fiebres, bombardeos
en la noche Siria dejando atrás el hogar
y la escuela y el presente y el futuro.
Terrores estremecedores,
inocencias arrancadas.
No hay juegos de magia
ni cuerda con la que trepar a la luna
cuando pisan sin zapatos
fangos ácidos y contaminados.
¿Cómo puede ser que en cada ciudad
la historia, antes o después, haya dejado
varios "monumentos a las víctimas"?
Menos en aquellos lugares donde
las víctimas son tantas...
que se llaman "ciudadanos",
si se les llama de alguna forma.
Para muchas personas
la tierra prometida, la de las grandes oportunidades,
es la misma del país que les roba los recursos
y les sume en la pobreza.
Sigue habiendo mujeres
que sufren las calamidades de ser "nada"
mientras sostienen todo el peso de la realidad
en sus hombros y le rinden batalla.
Sigue habiendo hombres y mujeres,
padres y madres,
que ven arder el pedacito de tierra
con el que alimentaban a sus hijos
y luego sudan labrándola
por las miserias que les dé
la misma multinacional que les echó
entre cenizas e impotencia.
La salud y la educación
pasan al mejor postor
y a tu buzón llegan
con "factura de hipoteca y a callar",
que menudo derroche que todos
pudiéramos superar la enfermedad
y tener la llave a un futuro.
Muere un joven sin oportunidad de otro destino
por un decreto inhumano y les parece exagerado
que lo tachemos de apartheid sanitario.
¿Cómo confiar en un mundo
donde no se salvan primero los niños?
Por ellos precisamente.
Por cada una de sus risas entre juegos.
Porque ahora, en algún lugar de un campo de refugiados,
un niño recibe un lápiz y un cuaderno
y bailan dichosos sus ojos
como esponjas por la pizarra.
Porque ahora, en algún lugar de Madrid,
un animal abandonado encuentra un hogar
y la naturaleza, pese a todo, sigue explosionando vida
y flores de hielo árticas como estrellas en las aguas.
Porque nuestro sino es ser poesía infinita,
le pese lo que le pese a los seres petro-dolar.
A la ternura... a la ternura... a la ternura...
"Pies encallecidos por las huidas, ojos puestos en un
escondite extraño. Odio poder contarte que supe del frío interior hasta el
extremo, que me permití la inyección de anestesia directa al centro de cada
sensación. Una jaula asfixiante en la que nada te conmueve ni excita ni
entristece, en la que el mundo te toca y no puedes sentirlo. Del último mamut
supe que los glaciares no son eternos. La risa de un niño bajo un sol de marzo embistió
los hielos. Ahora, que hasta yo me río de la ingenuidad con la que acumulo
intenciones, sé que sólo soy el resultado de lo que me juré aquel día. Sigo
avergonzándome de mis lágrimas, pero ahora al menos no me dan miedo. Sigo
reconociendo con familiaridad las vías de escape, pero ahora estoy demasiado
enamorada de saberme viva como para volver a recorrerlas. Amo, más incluso
que al amor, a la ternura... a la ternura... a la ternura... a la ternura... a
la ternura que me salvó las aguas claras. Por eso, cada vez que la encuentro me
hace galaxias la vida."
Gabby Lechuga Pies Descalzos
Maria Helena cada martes nos regala un juego.
Caballos blancos volaban en la tierra batida
zumbaba el viento en mis oídos un destino infinito
todos los caminos salvajes tramas insensatas de nuestros sueños
"pienso en mi miedo la noche aquella
cuando los caballos silbaban en la alameda"
pienso en tantas fábricas de intoxicación
monotonías de un mundo que no queríamos ver tan gris
pienso en los miedos, en todos los miedos que caben bajo una bata blanca
pienso en la primera mano que estreché a la izquierda de una cama
con tantos instrumentos sosteniendo su vida
y esa sonrisa entregada
pienso en vosotros
y en ese desbocado caballo blanco
que al fin ha galopado a vuestro destino:
que el amor no pierda el pulso en una camilla.
"Poder gritar algo
más que viento"
Alguna vez quise ser
viento
para colarme entre tus
pies
hacerte cosquillas en los
pulmones
jugar con las páginas de
tu libro de noche
acurrucarme en el ínfimo
espacio entre las sábanas
y tus sonambulismos.
Ser aire para formar
parte de tu risa.
Quería gritarte que me he
enamorado de ti.
Quería gritar que estoy harta
de la política.
Quería gritar tantas
cosas...
"Poder gritar algo
más que viento."
"Y retumba en mis
oídos
la ola de tu
recuerdo"
Y te recreo entre vinos
y ninguno sabe tan bien
como sabrían tus
labios...
si fuera merecedora de
ellos.
Háblame, no pares,
hables de lo que hables
yo sólo siento
que no hay un mejor
momento en mi vida.
Llueven estrellas me
avisó un cantor
y en tus ojos llovían
cientos de versos.
No lo pienses,
llueve sobre mi piel tu
risa
y arde en deseos de ser
cualquier segundo perdido entre tus gemidos.
Dame la oportunidad de
algo más que soñarte.
Déjame enseñarte cómo
pueden llover besos en cada uno de tus resquicios.
Te recreo
"y retumba en mis
oídos la ola de tu recuerdo"
tu recuerdo me parece tan
lejano pese a no serlo
porque cada segundo sin
ti marca una eternidad no exprimida de mi vida.
"no seré yo quien
mate la última hormiga"
ni la primera ni la
segunda
soy más de mirarlas
danzar
tirando del mundo en sus
filas negras
y amar que sean tan
pequeñas
tan pequeñas como
nosotros
y saber que la hierba
no la fuman ni la pisan
la recorren como si fuera
un planeta entero
"no seré yo quien
mate la última hormiga"
si seré quien la ame
aunque quienes nos ven
como hormigas
jamás dirían lo mismo.
Foto de Sara Baquero Leyva
Insomnio nº 100.
Enterrarnos en esta bendita sed
de libertad
que nos hizo hijos raros de un
mundo
con los caminos trazados.
"Y
golpear con fuerza la tierra en estampida silenciosa y ser crines al viento y
marcharse lejos... No lo ves porque tú no puedes ver la libertad estallando con
su titánica tempestad, con sus caricias de cristal burbujas siendo cielos
enteros de colores y anhelos..." Gabby Lechuga Pies Descalzos
Las copas de vino han chocado,
derraman su interior en el mantel.
Miramos absortos esa herida de nuestro destino.
Bébeme entera,
aunque solo sea una vez y de un trago,
bébeme entera.
Para que cuando me rompa
no quede nada con lo que empapar la mesa.
"La
vida era una burla continua así que se puso su mejor gorro de bufón y acudió a
la actuación dispuesta a estrellarse y de cada golpe salió una carcajada viva y
de cada tartazo en la cara una dignidad por nadie comprendida. Tal fue su loca
ceremonia que hasta la propia vida aplaudió y la risa, una vez más, les salvó a
todos." Gabby Lechuga Pies Descalzos
Brindo por los años luz que nos
salvan
de la red de
las fronteras del sentir y el existir.
"Nombres que nos resuenan a canción dulce susurrada desde la
eternidad que agita el trigo verde. Nunca tengo
frío. Sólo tengo que tararear tu nombre con los ojos cerrados como con un bello
mantra... y entonces el aliento del mundo, entonces llega el aliento del mundo.
Ya no tengo frías las manos,
ya
no
nunca. " Gabby Lechuga Pies Descalzos
Una risa de aquellas que te
sacan las entrañas,
así se juró que sería su vida.
"Y la hierba
mojada descalzos me das la mano hemos llegado a un lugar distinto. Que algún
día caminaremos descalzos por la hierba húmeda saludándonos con abrazos
amándonos desde el primer momento. Aullar fuerte las lágrimas a la luna que se
las traga y las devuelve lloviéndonos flores, aullaros un te quiero
desgarrado." Gabby Lechuga Pies Descalzos
"Incendió
los caminos de huida. Nadie debía encontrar sus huellas. Nadie vería ese dolor
frio que teñía sus ojos. Y la ternura, la ternura también se incendió. Los ecos
de Pierrot como cenizas en el suelo. Por eso lloró al mirarse al espejo viejo
del patio abandonado. Por eso aquel pasó a ser su hogar, no mas techos. Solo
cielos. Solo... solo... cielos." Gabby Lechuga Pies Descalzos
La huida en
busca de la libertad no es huida si busca en el salvaje corazón de las cosas.
"Vivir al
límite de la protección interior por saborear hasta el último gramo de éxtasis
en todo ha de asumir el riesgo de que los dolores te destruyen hieren con más
facilidad y ahí es cuando dentro de la jungla emocional necesitas arroparte
recuperando la paz interior. Y seguir siendo así como soñábamos, pies rojos
salvajes plumas y piel descubierta con sueños de bosques no masacrados. Seguir
siendo Pierrot desconsolado por amar a la luna. Seguir siendo lo que siempre
jugamos juntas ser." Gabby Lechuga Pies Descalzos
arrancando
la voz de nuestro extasiado amado puro imperfectamente prodigioso rincón
inconquistable.
Foto de Sara Baquero Leyva
La dirección de giro de la timidez.
"No
sé cómo pasó ni porqué. Sólo me di cuenta tarde que mi mente estaba lanzando en
cohetes todas mis ideas sin filtro. Contigo, porque tus ojos resultaron
seguros, cálidos y sentí dentro que no juzgarías, que entenderías esos
quebrantos mezclados con caos, con euforia y con locura y más de una estupidez.
Los veía salir volando y sólo cuando caía sobre mí el reflejo de lo dicho
retumbaba dentro y comprendía mis propias palabras y cómo de desastre podían
ser aquellas que no podían elevarse y explotaban en el suelo arañando la acera,
abriendo un hueco de distancia por el que se colaron mi vergüenza y mi miedo. Y
así te quise más que nunca y me asusté más que nunca y probablemente giré hacia
fuera invirtiendo mi tozuda tendencia."
Gabby Lechuga Pies Descalzos
Macarrones.
En la cocina
todo me sale siempre para dos o más.
El inconsciente calling...bip bip...
¡Déjame tranquila Freud!
Ya sabes que yo
voy de "forever young"
y lo de "rebel independance"
al final siempre nos altera la fluencia.
No insistas psico-conciencia,
mejor cómete los macarrones que hay para dos, como siempre.
Pronto, una sonrisa libre.
Con qué
valor negar
que rodar
por los inviernos de este mundo
no
es
igual
si se hace
al abrigo de otro cuerpo.
Hay
razones que nunca convencen
por mucho
que sean
las más
sensatas
que
hayamos
odiado
en nuestra
vida.
Decirte
adiós
quizás no fue su decisión más inmaculada de certezas
ni el
convencimiento cesó los titubeos de la voz
ni
abandonó la garganta la duda de los "peros".
Qué lejos
(tantas
veces)
lo que se
debe
y lo que
se querría deber.
Era la
mujer de su vida
y la
estábamos perdiendo
por un
golpe de raciocinio inmutable.
Cuántas
veces las circunstancias nos disponen
ser
ángeles en un teatro del absurdo
llorando
vértigos
reclamando
a los sentimientos el abrir de puertas.
¿Cómo no
va a asustar
que a
alguien le baste una llamada
para
detonarte los "te quiero" de la garganta?
¿Cuántas
veces ponerlos en "mute"
para
dejarnos sólo a nosotros mismos estas guerras?
Recordar
que un día te enamoraste
y que el
tiempo logre
que
saberlo te despierte una sonrisa libre
libre de
lágrimas, de besos al viento amargos,
una
sonrisa libre y viva,
una
sonrisa al tiempo
sólo con
saber que un día te enamoraste.
Abrir los sentidos y
los instintos,
abrir la cama,
abrir la piel,
abrir la boca
el cuello
las manos
y sin aviso,
con toda la imprudencia del mundo,
derramar sin juicio la copa en
la mesa para mirar
en silencio
a los sentimientos empapando la madera.
Saberlo
entonces y sonreír,
en silencio,
sólo sonreír.
Ashvhaghosha.
"De
todas formas -añadió Alvah- , todo termina siempre en lágrimas." Kerouac
Un
incorruptible standby en todo lo que quise creerme
se
deshacía en gigante granulado la película de esta ruta en sepia
tan
vintage modernita
así
atascándose la cinta al dejar de fluir la garganta
quemarse
prendido por un anhelo abandonado
juraría
que al soplar la pestaña caída se echó a suertes mi boca
viendo reír
la tuya encontré el sentido de las infancias
luna me
devuelve un reflejo de pierrot absurdo atascado en un ascensor roto
a
cucharadas desayuno bruma de bosque
el liquen
me respira el norte de la piel
"Como
los pájaros que se congregan en los árboles al atardecer y luego desaparecen al
caer la noche, así son las separaciones del mundo" Ashvhaghosha
una parte
en mí no volverá jamás
y
permanecerá todo porque en realidad pasado y futuro no existen todo está ocurriendo
a la vez
abre o
cierra los ojos no cambiará nada
dicen que
en los sueños no distinguimos entre el hecho y el deseo
dicen que
en la niñez no distinguimos entre el hecho y el deseo
ni un
miedo capturándome la nuca
la excitación
de desgarrar a mano desnuda la jungla de mi inconsciente en busca de
alguna-verdad-propia-con-la-que-alimentar-el-espejismo-de-mi-madurez
lanza la
luz de tu mente al universo y volverá empapada de estrellas
Cielo de varios soles.
Lo que me
grité dentro muy fuerte
durante
varias vidas.
- Un cielo lleno de soles.-
- El ámbar.-
- Sentirse aguarse los ojos en el
calor de un abrazo.-
Por
ejemplo y seguro.
"Búscalos"
me repetía cada mañana.
Un eco de
auxilio que no dio para más,
llegó el
olvido de todo lo que somos
como
pasaporte de crecimiento,
como si
madurar fuera aceptar la resignación en la mirada.
Algo dejó
de arder.
Una noche
de verano se derramaron el vino tinto y las cerezas,
fue
temporada de nectarinas en un patio flamenco,
una lumbre
ámbar abrigando las ternuras.
Adentrarme
en mi jungla emocional,
volver al
nudo de mis entrañas
y
enmudecer al encontrarlas llorando de alegría.
Descubrir
que la felicidad me llena las manos si estoy dispuesta a crearla.
Y así, llenarse el cielo de soles.
Micronoides.
Dejó de ser un oso así, un día sin aviso, bajo
un zumbido constante. Árboles vendidos ya antes de ser talados, ya antes de
germinar. Siempre hay una mariposa blanca entre la lavanda y es libre. Huye del
asfalto con mis deseos creciendo en sus alas. Días de querer ligarte al mundo, besarle y a solas (con
ternura) decirle que tranquilo, que vamos a hacer lo imposible por lograr un
lugar del que las mariposas no se quieran catapultar.
En la agreste altura de la
montaña enredarte en la carrera de una manada de caballos libres. Respirar el
viento que bate en ese momento sus crines. La tierra llora toda la ternura de
sus entrañas alimentando una yegua a su potro, patas temblorosas sosteniendo el
lunar de su rostro. Venir al mundo a bebernos la pureza de su salvaje belleza.
Así sin aviso, un gesto
atravesándote rompiéndote en agua los ojos derramando saciada sed de ternura. Que
ni estabas respirando porque te costaba creerlo o te daba miedo que un parpadeo
y ya no fuera cierto que algo así te estaba pasando. A ti, sí, te está pasando,
sigue respirando y no te olvides nunca de este momento.
Era yo misma la aterrada y lo que
me aterraba. Si me ves haciendo tonterías sólo es mi forma de volverme lo
bastante loca para saltarme mis miedos. Soy un desastre, perdona, no sé hacerlo
de otra forma. Cuando algo es muy real
la resaca de sentimientos se hace imperdonable.
Ya decía Patty que al MIR había que hacerle un poema
Y la situación y la medicina como amante exigente
Y una semana y tres días, cuenta atrás
Y una semana y tres días, cuenta atrás
En pleno caos
entre
calma frígida
e histeria
contenida.
En un
bombardeo de cafeína
para no
cerrar los ojos cada mañana.
En un
ataque de ibuprofenos y hierbas santas al cerebro
para
lograr cerrarlo cada noche.
Dar un
"ya me tengo que ir" tras otro
a quien me
estaba salvando las alegrías.
Es esta
lucha que una vez más me has abierto.
Siempre
quieres que me desangre los deseos y la energía por ti.
Una prueba
de lealtad tras otra
para luego
nunca garantizar mi sueño
o hacerme
buscar otro camino más largo,
otra bala
en la recámara,
otro
futuro que aprender a amar dejando lejos
el
idolatrado
y anhelado
lugar
que te
rogué en tu cama.
Pues bien,
7 años y 7 meses después
aquí
tienes la maldita prueba que pedías:
ni por
estas he podido dejar de quererte.
"Manuel Becerra antes daba al campo."
Así me
hablabas
de tu
barrio y el mío
mientras
escuchaba tus pulmones el día que te conocí
-"pues
sí, de allí de toda la vida"-
Y así fue
hasta que
vino todo el peso del tiempo del universo
y se
derramó sobre tus ojos.
Te
marchabas arañando con dolor la vida,
no
lograbas sujetarte el alma.
Nadie
logró retenerla
por más
que tus manos...
Por más
que las nuestras buscaran a qué aferrarse.
Bastó un
segundo para enfrentarnos
al salvaje
y humano rostro de la muerte.
Y con ese
miedo quebrándote
nos
desplomamos sobre el silencio de la asistolia.
Tu hija se
rompió llamándote
y ninguno
de nuestros brazos sabría explicarle porqué.
¿Cuántos
gramos pesa el alma?
Todo lo
que puedan pesar
las luces
que se esconden en un rostro vivo.
Ese calor
que se escapó de tu cuerpo
en un parpadeo
pesaba un
infinito.
Todo lo
que amamos del mundo y de nosotros
ahí, en el
alma, lo llevamos tejido.
Y cuando
ves cómo ocurre cuando nos abandona
no lo
olvidas
no lo
vuelves a dudar.
"Como un
péndulo: un-dos-un-dos (qué hacéis) un-dos-un-dos (qué miráis, qué hacéis, qué
calláis ahora). Un péndulo señalando el punto de vacío, no hay tesoro, sólo
lágrimas fáciles. No preguntes, sabes que no quieres conocer la respuesta.
Dudas, tambaleas el saco de mentiras tras vidriosos ojos. Explotará en tus
propias manos, manchará todas las falsas vidas que queramos dibujar. Tropieza,
cae, se derraman gota a gota los últimos renglones de esperar paces invisibles,
frágiles, arañadas sin fuerza de los ojos. Supervivientes no, infravivientes
que no pueden creerse esta pesadilla recurrente. A nudos de espalda escribo las
historias. Siguen cayéndose los andamios mientras escapo de un loco lanzando
cuchillos sin apenas poder despegar mis pies del suelo en un miedo sin punto
final porque ninguna de las muertes hace diana. Una nana de ibuprofenos para
que no estalle la cabeza antes de quedarnos dormidos. ¿Qué haces aquí? ¿Qué fue
triste harapo, qué fue de ti todos estos años? ¿Por el suelo de qué lona has
rodado para traer tanta sangre y tanto sudor?"
GLPD
Ilimitadamente viva.
¿Has visto alguna vez a la lluvia correr?
Yo sí, y he corrido tras ella,
luchando porque me empapara,
luchando por el deseo de bebérmela entera.
Me tumbo en el centro de un lago helado,
escucho resquebrajarse el hielo
y así van nevando sobre mí los años.
Suicídamente al límite,
ilimitadamente viva.
Ha llegado la noche de estrellas titilantes y calladas,
un silencio puro venido de los susurros del giro de la luna
derramando sobre nosotros la calma,
la plenitud de toda la paz de los instantes eternos.
Coge mi mano y siente mi pulso cantar,
me he bebido la lluvia y he bailado sobre el hielo.
Voy a amarte ilimitadamente viva,
coge mi mano y siente mi pulso aullar.
https://www.youtube.com/watch?v=MuWT1rAsV_Q&list=UU-ws4kl56UWDYxMw9CoM6cA
Yo sí, y he corrido tras ella,
luchando porque me empapara,
luchando por el deseo de bebérmela entera.
Me tumbo en el centro de un lago helado,
escucho resquebrajarse el hielo
y así van nevando sobre mí los años.
Suicídamente al límite,
ilimitadamente viva.
Ha llegado la noche de estrellas titilantes y calladas,
un silencio puro venido de los susurros del giro de la luna
derramando sobre nosotros la calma,
la plenitud de toda la paz de los instantes eternos.
Coge mi mano y siente mi pulso cantar,
me he bebido la lluvia y he bailado sobre el hielo.
Voy a amarte ilimitadamente viva,
coge mi mano y siente mi pulso aullar.
https://www.youtube.com/watch?v=MuWT1rAsV_Q&list=UU-ws4kl56UWDYxMw9CoM6cA
"La paranoia microscópica.
Un cosmos explotando en silencio. Infinitas conexiones, todo tipo de respiraciones
y todo ¡BUM! ¡¡¡es eléctrico!!!! Escucha el latido, siente las turbulencias de
la sangre, una marea de destinos sedientos. Ata todos los globos y deja que te
eleven hasta donde se entrecruzan los humos de los aviones. Tenemos la clave
del ansiado vuelo bajo las costillas. La psicodelia hecha ruta, una guerra de
chispazos, el caos de la historia evolutiva. El bullicio de todas tus
mitocondrias respirando a la vez, escuchalo, intenta escucharlo pero no, no,
no, es demasiado, tanta confusión que podrías llorar sin saber si es un milagro
o un zumbido sísmico que te llevará al borde de enloquecer. Es demasiado
incluso para soñarlo y sin embargo todo puede no ser más que eso, el sueño
eterno de un planeta en alucinosis extrema, la pesadilla de un agujero negro.
¿Hasta cuándo podrás dormir un universo entero? El éxtasis de la hierba verde
con sus amantes exprimiéndose placeres regando la tierra con su abandono de la
catástrofe, con su trampilla salvavidas. La sordera crónica rescatándonos del
estruendo de nuestro propio cuerpo pero si alguna vez lo sientes, no tiembles,
no grites, no te vuelvas loco, sólo recuerda que puede no ser más que materia onírica."
Gabby Lechuga Pies Descalzos
Él.
Él
es de los que te abraza
y logra sostener tus escaleras lunares,
aunque sean de cristal.
y logra sostener tus escaleras lunares,
aunque sean de cristal.
Se puede caer el mundo
pero no entre sus brazos no...
ahí, creedme, se esta a salvo.
Él te mira y te inyecta amor en vena
y ya puede el mundo tratar de desangrarte,
darte la espalda,
gritarte que te cures de tus locuras,
introducirte en el laberinto de la incomprensión.
Ya puede el mundo lo que quiera
porque él te mira y te inyecta amor en vena
y te arropa y ríe comprendiéndolo todo.
y te arropa y ríe comprendiéndolo todo.
Todos es más fácil,
no te sientes tan perdida
si él te mira.
Si además sonríe sabrás
que es pura ternura
lo que con cada latido impulsa.
Cuanto queráis.
Llenad la
realidad con resacas de sirenas de alarma.
Haced calles
repletas de luces de neón
que sólo
sepan parpadear
y llenarse
de mugre y sangre
con nuestras
decepciones y miserias.
Poned un
cartel que diga:
"no hay
vino, ciudadanos, sólo cebollas".
Atacad la
vida ajena
con vuestro
epitafio a la libertad.
Mientras él,
entre aplausos,
con sus tacones
y bucles pelirrojos,
quema
vuestras rasgadas vestiduras.
Meted toda
la verdad, si es que existe, en un bunker
y que os
baste una respiración para encender la mecha.
Que nada se
oiga fuera,
bajo tierra
demoledor y silencioso
todo se
manchará de hielo
con ese
brillo suicida de algunos inviernos.
Mientras
nosotros con las orejas rojas
y el
moquillo colgando,
nos
miraremos al espejo,
le
repetiremos a nuestras ojeras que lo prometimos,
dijimos que
siempre jugaríamos
transparentes
y sin miedo,
que nos
empaparíamos de cada lluvia del planeta,
que nos
salvaríamos a colores.
Siempre tan
transparentes como niños,
gamberros,
alegres y tiernos.
Queriéndonos
como cachorros de la misma camada.
Así que
disparad cuanto queráis,
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