Es solo que a veces me pregunto
cómo fue el primer poema
y cómo brillaban los ojos de quien lo escribió.
El primer beso de las prehistóricas bacterias.
Si será casualidad
que los barcos tengan forma de sonrisa,
que por eso reír siempre flota
y ésto a alguien tuvo que inspirarle
la locura de una canoa, ojalá.
Nada ha dejado de ser cierto.
Mis acantilados se llenaron de ríos verde hierba
y no comprendí el onírico motivo...
Amantes a veces a tanta distancia
que pueden sentirse todo el cuerpo.
La generosa respiración inversa de los árboles
salvándonos desde la explosión primera los pulmones.
Mis días son cielos naranjas
y una mañana terriblemente quieta
así de en calma
te arropas en que el mundo no es tan difícil
y nada importa en realidad tanto.
La paz de conocerse a golpe de colores.
Mis pies son de tierra.
Y no comprendí el onírico motivo
hasta que la suavidad del aire hizo lo que pudo por
parecerse a tí.
Un zumbido de moléculas eléctricas.
La mano herida en la roca.
En esa tela de araña
tienes el llanto del bosque.
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