Descosí la sombra de los talones
me derretí sobre ella
quería disolverla.
No existas,
no seas la sombra de alguien que jamás
logró
entenderse.
Un tipo de tristeza como cualquier otra
una desorientación justa.
Llorar con cada pluma arañando la córnea
me quedé ciega por el grito del gran vuelo muriendo contra
el suelo
acelerados con una gravedad que no perdona
directos contra el polvo de una vida en huida.
Como el resto de la suerte que no nos quedaba
la magia triturada
el diluvio de los champiñones fugitivos
tetra brik encierra vitaminas amnésicas
no recordarán jamás cómo les fue aquello de flotar en el
árbol
se desparraman ausentes las luces de la memoria explotan
canicas rojas.
Maniobras de escapismo
el inconsciente jungla
y las rosas que aún quedaban
aperitivo con gin tonic de las hormigas.
Un niño patalea piedras y un grito de guerra
"¡escúchame mundo! mira que no soy más pequeño que tú"
Partículas tiempo y espacio
¿quién sabe lo que sienten?
Creía que íbamos a ser preciosos.
Estoy buscando mi equilibrio a bandazos.
Te juro que no era así
no pretendía que fuera así.
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