Y una semana y tres días, cuenta atrás
En pleno caos
entre
calma frígida
e histeria
contenida.
En un
bombardeo de cafeína
para no
cerrar los ojos cada mañana.
En un
ataque de ibuprofenos y hierbas santas al cerebro
para
lograr cerrarlo cada noche.
Dar un
"ya me tengo que ir" tras otro
a quien me
estaba salvando las alegrías.
Es esta
lucha que una vez más me has abierto.
Siempre
quieres que me desangre los deseos y la energía por ti.
Una prueba
de lealtad tras otra
para luego
nunca garantizar mi sueño
o hacerme
buscar otro camino más largo,
otra bala
en la recámara,
otro
futuro que aprender a amar dejando lejos
el
idolatrado
y anhelado
lugar
que te
rogué en tu cama.
Pues bien,
7 años y 7 meses después
aquí
tienes la maldita prueba que pedías:
ni por
estas he podido dejar de quererte.
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