19 de octubre. Día Mundial contra el cáncer de mama. 

Para mí este nunca es un día fácil. Y nunca es un día más. Y habrá quienes piensen que los días mundiales no sirven para nada y parte de razón tienen, porque los días mundiales tienen que ser diarios. Pero bueno, hay un día que se recuerda algo a todo el mundo y que a cada cual le toca como le toca. Y para mí uno de esos días es éste...

Porque es el día con más rostros en mi memoria. Por cada uno de ellos, y por sus familias y las personas que luchan a su lado, esa entrega, esa entrega no hay palabras para explicarla. Toda la admiración que me cabe en el corazón. Sois unas mujeres tan tan valientes... por ellas. Y también por ellos, que si, que los hay, que son pocos casos pero que ahí están y sabéis que este día y estas palabras son tan vuestras también. 

Porque os he visto decir "vamos a darle caña a ésto, doctora" y he sabido lo que es caminar entre personas gigantes.

Porque os he visto llorar, dudar, enfadaros. Y cuando habéis salido de la consulta hemos sacado el pañuelo de la bata y también hemos llorado, dudado y nos hemos enfadado. 

Porque algún día no caerán más lágrimas sobre los pañuelos rosas. Gracias a todos los profesionales que, de muchos tipos y desde todos los ámbitos, lucháis por ganar este pulso.

Porque os he visto teñiros el pelo de azul para hacer una última locura antes de que se cayera. Por tantas heroicidades diarias de las que me habéis hecho formar parte y que siempre recordaré. 

Y por ti. Porque siempre estarás tu, con tus "40 en cada pata" luchando toda tu vida contra esta enfermedad, tú que le diste la vuelta a las estadísticas que te dieron, tú que desde bachiller me decías "venga, a estudiar mucho, que cuando seas oncologa vas a curarme". Porque, sin yo saberlo, te despediste cuando cambiaste la frase por "cuando seas oncologa, ¿me recordarás?" y sabes que si, que siempre. Y que si lloro hoy un poco más de lo que querrías, sabes que será siempre sabiendo que ganaste. Siempre ganan.