30.3.13

Tres o cuatro veranos desperezándose.

No recuerdo que pasó,
cayó un relámpago
      tiritando
clavada 
       en la mitad de mi torpeza
sacudí lumbres de mis zapatos.

No sé si mientras nevaba,
si alguien miraba a otro alguien
y se sintió mordido.

Tal vez el de delante estornudaba.
Y seguramente... si seguramente mi cupido
se drogaba,
de lo contrario ya me la habría liado
para que no te encontrara tan pronto
(sabes... de estos de humor especial).

No sé qué pasó 
yo sólo sentí como era derrumbada
cada puerta y cada ventana,
se extendía un felpudo "welcome"
en una habitación verde
alucinada ahora de la suerte
de tus huellas naranjas.

Ni cómo ni qué,
sí recuerdo que me sacudí la electricidad
y seguí con la ceguera de quien cree
que se puede fingir que algo así no ha pasado.
Amnesia ingenua y absurda resquebrajándose
a golpe de vuelcos de corazón.

Que 
eso de temblar 
me tiene desquiciada.




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