"Como un
péndulo: un-dos-un-dos (qué hacéis) un-dos-un-dos (qué miráis, qué hacéis, qué
calláis ahora). Un péndulo señalando el punto de vacío, no hay tesoro, sólo
lágrimas fáciles. No preguntes, sabes que no quieres conocer la respuesta.
Dudas, tambaleas el saco de mentiras tras vidriosos ojos. Explotará en tus
propias manos, manchará todas las falsas vidas que queramos dibujar. Tropieza,
cae, se derraman gota a gota los últimos renglones de esperar paces invisibles,
frágiles, arañadas sin fuerza de los ojos. Supervivientes no, infravivientes
que no pueden creerse esta pesadilla recurrente. A nudos de espalda escribo las
historias. Siguen cayéndose los andamios mientras escapo de un loco lanzando
cuchillos sin apenas poder despegar mis pies del suelo en un miedo sin punto
final porque ninguna de las muertes hace diana. Una nana de ibuprofenos para
que no estalle la cabeza antes de quedarnos dormidos. ¿Qué haces aquí? ¿Qué fue
triste harapo, qué fue de ti todos estos años? ¿Por el suelo de qué lona has
rodado para traer tanta sangre y tanto sudor?"
GLPD
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