30.3.13

Como si lleváramos una vida de abstinencia.

En algunas calles de Madrid no cabe la luna y me desnuco buscándola sedienta... Tanta sed... Llamo a tu puerta. En tu ombligo... estaba la condenada en tu ombligo... Me la bebo en besos dejándonos a oscuras y que la noche pierda el juicio al ver cómo enredamos los cuerpos al puro tacto de la necesidad y los suspiros.

Nos mordemos,
nos sentimos,
nos devoramos...
como si lleváramos una vida de abstinencia,
nudos de piernas y brazos,
manos pausadas pero ansiosas,
ya no hay aire ni lo necesitamos.

Entregaría la piel
por cualquier segundo entre tus gemidos.
Déjame diluviar besos
sobre cada uno de tus resquicios,
susurrarte a mordiscos,
enloquecer entre tus piernas.
Beberme toda tu sed
hasta nublarme la vista.
Que hay pieles de canela
y labios de cereza esperándonos.


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