Caballos blancos volaban en la tierra batida
zumbaba el viento en mis oídos un destino infinito
todos los caminos salvajes tramas insensatas de nuestros sueños
"pienso en mi miedo la noche aquella
cuando los caballos silbaban en la alameda"
pienso en tantas fábricas de intoxicación
monotonías de un mundo que no queríamos ver tan gris
pienso en los miedos, en todos los miedos que caben bajo una bata blanca
pienso en la primera mano que estreché a la izquierda de una cama
con tantos instrumentos sosteniendo su vida
y esa sonrisa entregada
pienso en vosotros
y en ese desbocado caballo blanco
que al fin ha galopado a vuestro destino:
que el amor no pierda el pulso en una camilla.
"Poder gritar algo
más que viento"
Alguna vez quise ser
viento
para colarme entre tus
pies
hacerte cosquillas en los
pulmones
jugar con las páginas de
tu libro de noche
acurrucarme en el ínfimo
espacio entre las sábanas
y tus sonambulismos.
Ser aire para formar
parte de tu risa.
Quería gritarte que me he
enamorado de ti.
Quería gritar que estoy harta
de la política.
Quería gritar tantas
cosas...
"Poder gritar algo
más que viento."
"Y retumba en mis
oídos
la ola de tu
recuerdo"
Y te recreo entre vinos
y ninguno sabe tan bien
como sabrían tus
labios...
si fuera merecedora de
ellos.
Háblame, no pares,
hables de lo que hables
yo sólo siento
que no hay un mejor
momento en mi vida.
Llueven estrellas me
avisó un cantor
y en tus ojos llovían
cientos de versos.
No lo pienses,
llueve sobre mi piel tu
risa
y arde en deseos de ser
cualquier segundo perdido entre tus gemidos.
Dame la oportunidad de
algo más que soñarte.
Déjame enseñarte cómo
pueden llover besos en cada uno de tus resquicios.
Te recreo
"y retumba en mis
oídos la ola de tu recuerdo"
tu recuerdo me parece tan
lejano pese a no serlo
porque cada segundo sin
ti marca una eternidad no exprimida de mi vida.
"no seré yo quien
mate la última hormiga"
ni la primera ni la
segunda
soy más de mirarlas
danzar
tirando del mundo en sus
filas negras
y amar que sean tan
pequeñas
tan pequeñas como
nosotros
y saber que la hierba
no la fuman ni la pisan
la recorren como si fuera
un planeta entero
"no seré yo quien
mate la última hormiga"
si seré quien la ame
aunque quienes nos ven
como hormigas
jamás dirían lo mismo.
Foto de Sara Baquero Leyva
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